martes, 19 de febrero de 2008

Decadencia rota (V-VI)

Más veces la emulación congestiona la indignación que la palabra al sicario.
Son las exigencias del lugar temido las que dominan la acción de los que purgan sus rodillas ante la cruz, de forma o carencia.
Se rumian credos plagados de obtusas convicciones, méritos de polillas de oro que socavan latas.
Es que hay una realidad donde las sombras ibsenianas se incendian, se expanden con vehemencia tras la involución de una raza.
Entonces, alejámonos sin cesar del infinito en búsqueda de necesidades transitorias mientras el amor yace aletargado en las perennidades del alma.
Yo fui tal vez un dios miedoso, una hija amamantada. Pero puedo blasonarme: Jamás me he colgado de la curvatura de la hoz de una metáfora azarosa.